Desde julio de 2021, un cronograma de ‘lanzaimiento’ de nuevas variantes de COVID-19 ha circulado en internet. La OMS lo declaró como falso.
Delta, junio de 2021. Epsilon, julio de 2021. Ómicron, mayo de 2022. Un cronograma con supuestos lanzamientos de las nuevas variantes de COVID-19 empezó a circular en redes sociales, bajo el supuesto de que era una ‘filtración’ de los archivos secretos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Mes con mes, el documento ‘detalla’ cuándo se liberaron las variantes de coronavirus existentes hasta el momento. Y lo que es más: la tabla pronostica el lanzamiento de nuevas variantes en lo que resta del año, así como las que atacarán a la humanidad a lo largo de 2022 y 2023. En un comunicado oficial, la OMS desconoció este documento, catalogándolo como ‘falso’.
Producto de las teorías conspirativas
Según reporta AFP Factual, la OMS no fue la única institución afectada por la teoría de la conspiración. Por el contrario, algunas universidades e instituciones de talla global también estuvieron ‘involucradas’:
“En las diferentes imágenes viralizadas se ven los logotipos de la Universidad Johns Hopkins, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) y el de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, expone la agencia.
Las imágenes fueron traducidos, según el reportaje, como francés, rumano, inglés, indonesio, portugués, georgiano, vietnamita, ruso, árabe y alemán. Esto denota qué tan impactante a nivel mediático ha sido el cronograma de nuevas variantes que, además, fue inmediatamente desconocido por las instituciones mencionadas.
A pesar de ello, la fuerza que tiene este ‘documento desclasificado’ ha retomado vigor con la aparición de la variante B.1.1.529, a la que la OMS llamó ‘Ómicron’, y ha causado particular preocupación entre los científicos y líderes de Estado por igual.
Entre la confusión y la poca claridad en los datos que se tienen sobre ella, archivos como el supuesto cronograma de nuevas variantes cobran fuerza entre la población del mundo. Éstas pueden ser las consecuencias.
¿Cuáles son los riesgos de compartir información falsa?
No es la primera vez que documentos similares generan controversia con respecto a la pandemia por COVID-19. Una multiplicidad de tablas, comunicados y archivos falsos han inundado el internet, generalmente compartidos por ministros religiosos conservadores o personas afiliadas a las teorías de la conspiración. Ninguno de ellos ha estado avalado realmente por las instituciones oficiales que han dirigido la crisis sanitaria.
Por el contrario, así como sucedió con este cronograma de ‘lanzamientos’ de las nuevas variantes de COVID-19, tienden a ser desacreditados por las autoridades competentes. Especialmente cuando llegan a un alcance masivo, ya que muchas veces, este tipo de información falsa compromete las decisiones de la población en términos de su propia salud.
A pesar de los esfuerzos internacionales que se han orquestado por informar adecuadamente a la población sobre el coronavirus, la multiplicidad de medios alarmistas e información falsa muchas veces tiene más fuerza sobre la gente. Considerando que una infección de COVID-19 sigue causando miedo, muchas veces parece mejor compartir información que poco tiene que ver con la realidad, sólo porque suena ‘convincente’.
Aún así, la OMS decidió publicar una lista oficial de las variantes conocidas de coronavirus. En ella, explica las diferencias entre «variante de interés» (VOI) y «variante preocupante» (VOC), así como una serie de definiciones funcionales y medidas de acción para prevenir la enfermedad. En últimas, compartir información no oficial y falsa contribuye a que la pandemia no termine. Corroborar las fuentes, por el contrario, aporta un paso adelante para verle fin a la crisis sanitaria global.